Esta película es quizás de las cosas mas trasgresoras que eh visto, hace un par de años ya había visto en una clase un algunos minutos de esta pero nunca completa. Hoy en día me considero ateo, no que no crea en nada pero no me siento de ninguna religión, pero en mi infancia fui criado como católico y de hecho asistí toda mi vida a una escuela religiosa. Cuando me encontraba viéndola nada mas pensaba en presentársela a mis compañeros de la primaria para ver su reacción.
Muchas películas trasgresoras de años atrás, las ve uno hoy en día y ya no tienen el mismo efecto. La película de Ken Russell sigue vigente hasta hoy en día.
Fuera de la temática agresiva y el rompimiento de los códigos sociales y religiosos, hay que ver mas allá; esta película realmente trata de la opresión del poder.
En cuanto a esta pieza podemos observar una búsqueda estética enorme, la fotografía es impecable, pero lo mas destacado es el diseño de producción, el cual es muy sobrio y minimalista pero cumple con lo básico para ponernos en ambiente. No es un diseño que busque ser realista si no que solo nos pone en contexto por lo que la genialidad del director se remarca mas ya que la ambientación viene de parte de los personajes y no de parte de los sets.
Algo curioso que me paso que probablemente tiene que ver con la falta de color en los sets y vestuarios, es que cada vez que recuerdo esta película me viene a la mente que es en blanco y negro y al volver a pensarlo recuerdo que en verdad es en color. Este fenómeno me pareció muy intrigante, y me recordó a una serie fotográfica que eh querido hacer desde hace mucho tiempo pero no eh conseguido el presupuesto, que consiste en pintar a los personajes en escala de grises y todos los cuartos en blanco y negro para después meter un detalle en color, un poco del estilo de la fotógrafa Sandy Skoglund una de mis ídolos.
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