Hoy en día después de poco mas de medio siglo de historia del cine vemos el perro andaluz como algo no tan extravagante. En lo personal se me hizo muy interesante que terminara por ser un proyecto terminado y congruente hecho a partir del subconsciente de 2 personas, alguna vez para una clase tratamos de retratar un sueño, pero no paso de un ejercicio divertido.
Lo que mas me gustó de esta obra es quizás la estética de las imágenes, todas las imágenes de la película por separado y en conjunto tienen una gran fuerza. Por ejemplo los bueyes que son arrastrados, independientemente de cómo se le pueda interpretar a eso, son visualmente imágenes poderosas, y probablemente la mas impactante sea la clásica imagen de el ojo siendo mutilado. Creo que en una película trate de lo que sea uno debe de ser capaz no solo de encuadrar con fines preciosistas, el poder crear imágenes que días después uno siga pensando en ellas es algo que solo los grandes lo logran.
En mi caso cada vez que oigo algo que me remita a la película, por ejemplo la palabra “chein” pienso directamente en la imagen del ojo siendo destrozado. Y por lo visto no soy el único, ya que le podríamos preguntar a Francis Black de “The Pixies” que tanto lo marco esa imagen que hasta lo llevo a componer uno de sus mas grandes éxitos “Debaser”.
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